¿Qué significa Retorno?
RETORNO es un proyecto musical destinado a reflejar, por medio de los ritmos propios del litoral, el paisaje humano de una región y sus sentimientos. Como una necesidad romántica de volver a las raíces de un terruño siempre entendido como propio, el grupo intenta representar la voz de aquella realidad rural y libre con la cual se siente profundamente identificado.
El mensaje va dirigido tanto a aquellos que aún hoy habitan dicho espacio, como a los tantos que debieron emigrar a las grandes urbes, receptora de muchos sueños en un primer momento y generadora pronto de desarraigo y grandes frustraciones.
Se intenta rescatar la voz de los que normalmente no la tienen, mostrando la visión del paisano común, sus dichas y desventuras, su idiosincrasia. Son aquellos que normalmente no son tomados como protagonistas de procesos sociales precisamente porque los constructores de dichas crónicas están mas apegados al poder y riqueza de unos pocos, atributos estos logrados mediante la explotación y/o marginación (según convenga) de aquel hombre común, sujeto de nuestro trabajo artístico. Así como frente a la metropolitana Buenos Aires se levanta un país entendido por aquella como periférico, RETORNO rescata los testimonios vivos de aquellas personas excluidas, marginales y hasta olvidadas por los poderosos, constructores de imaginarios simbólicos que solo terminan por legitimar la idea de desigualdad como una realidad natural de las sociedades, ficción que termina por colocarlos en la cima en desmedro de la mayoría.
Luego de un trajinar musical bastante variado, los que hacemos RETORNO no encontramos una definición mas precisa para nuestro trabajo que esta. Surgidos de una matriz cultural y artística netamente litoraleña apareció pronto una lucha por encontrarse a uno mismo en otros lugares, probando otros lugares, matices, estilos y rubros, visto en retrospectiva como un querer amar aún mas lo propio por su alejamiento. RETORNO es la comprobación explícita de que existen ciertas esencias identitarias que no cambian. Este rasgo de inmutabilidad es lo que en definitiva nos hace regresar al chamamé, el valseado, la chamarrita y el rasguido doble como formas de expresión que a la vez, como se deducirá, intentará ser el de la mayoría. Por ello deseamos que sea de su agrado.
El mensaje va dirigido tanto a aquellos que aún hoy habitan dicho espacio, como a los tantos que debieron emigrar a las grandes urbes, receptora de muchos sueños en un primer momento y generadora pronto de desarraigo y grandes frustraciones.
Se intenta rescatar la voz de los que normalmente no la tienen, mostrando la visión del paisano común, sus dichas y desventuras, su idiosincrasia. Son aquellos que normalmente no son tomados como protagonistas de procesos sociales precisamente porque los constructores de dichas crónicas están mas apegados al poder y riqueza de unos pocos, atributos estos logrados mediante la explotación y/o marginación (según convenga) de aquel hombre común, sujeto de nuestro trabajo artístico. Así como frente a la metropolitana Buenos Aires se levanta un país entendido por aquella como periférico, RETORNO rescata los testimonios vivos de aquellas personas excluidas, marginales y hasta olvidadas por los poderosos, constructores de imaginarios simbólicos que solo terminan por legitimar la idea de desigualdad como una realidad natural de las sociedades, ficción que termina por colocarlos en la cima en desmedro de la mayoría.
Luego de un trajinar musical bastante variado, los que hacemos RETORNO no encontramos una definición mas precisa para nuestro trabajo que esta. Surgidos de una matriz cultural y artística netamente litoraleña apareció pronto una lucha por encontrarse a uno mismo en otros lugares, probando otros lugares, matices, estilos y rubros, visto en retrospectiva como un querer amar aún mas lo propio por su alejamiento. RETORNO es la comprobación explícita de que existen ciertas esencias identitarias que no cambian. Este rasgo de inmutabilidad es lo que en definitiva nos hace regresar al chamamé, el valseado, la chamarrita y el rasguido doble como formas de expresión que a la vez, como se deducirá, intentará ser el de la mayoría. Por ello deseamos que sea de su agrado.
MENSAJE
La música como toda expresión artística, supone la comunicación de los sentimientos e idiosincrasia del /los ejecutantes hacia el receptor, los que están del otro lado recibiendo el mensaje. También es un canal por el cual se transmiten entre otras cosas tradiciones, costumbres, formas de vida y concepciones de la realidad que generaciones anteriores nos han delegado.
En la actualidad, tanto a nivel individual como colectivo y generacional, la limitación en la expresión del arte es un ejemplo claro de las restricciones que, en una dimensión mayor, pesan sobre toda la sociedad. Esta violencia simbólica, que tiene como meta el disciplinamiento social para hacer mas viables prácticas e ideas que solo benefician a una minoría, nos alejan cada vez mas de nuestro pasado y nuestra memoria, partes constitutivas alienadas de nuestro ser como personas y como sociedad. Y por ello, muchas veces renegamos de aquellas por temor a que se nos categorice con términos entendidos como despectivos, como por ejemplo sudacas, provincianos, pobres... Y cuando ello no sucede es porque ciertas expresiones tradicionales o folklóricas pasan a convertirse en un bien de mercado, cínica manera de hacernos creer que estamos adentro del mundo, “incluidos” en esta sociedad de consumo donde todo se puede comprar y vender.
Así como el Martín Fierro expresa en forma romántica la alineación, la transformación, y por ello el dolor del gaucho que debe convertirse en un actor social “útil” a los nuevos tiempos que corrían hacia fines del siglo XIX; debemos y podemos tomar conciencia de la pérdida del legado de nuestro pasado, para desde allí recuperarlo, ya que sin memoria no hay identidad.
La música como toda expresión artística, supone la comunicación de los sentimientos e idiosincrasia del /los ejecutantes hacia el receptor, los que están del otro lado recibiendo el mensaje. También es un canal por el cual se transmiten entre otras cosas tradiciones, costumbres, formas de vida y concepciones de la realidad que generaciones anteriores nos han delegado.
En la actualidad, tanto a nivel individual como colectivo y generacional, la limitación en la expresión del arte es un ejemplo claro de las restricciones que, en una dimensión mayor, pesan sobre toda la sociedad. Esta violencia simbólica, que tiene como meta el disciplinamiento social para hacer mas viables prácticas e ideas que solo benefician a una minoría, nos alejan cada vez mas de nuestro pasado y nuestra memoria, partes constitutivas alienadas de nuestro ser como personas y como sociedad. Y por ello, muchas veces renegamos de aquellas por temor a que se nos categorice con términos entendidos como despectivos, como por ejemplo sudacas, provincianos, pobres... Y cuando ello no sucede es porque ciertas expresiones tradicionales o folklóricas pasan a convertirse en un bien de mercado, cínica manera de hacernos creer que estamos adentro del mundo, “incluidos” en esta sociedad de consumo donde todo se puede comprar y vender.
Así como el Martín Fierro expresa en forma romántica la alineación, la transformación, y por ello el dolor del gaucho que debe convertirse en un actor social “útil” a los nuevos tiempos que corrían hacia fines del siglo XIX; debemos y podemos tomar conciencia de la pérdida del legado de nuestro pasado, para desde allí recuperarlo, ya que sin memoria no hay identidad.
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Gente de ley (chamamé)
lunes, 31 de marzo de 2008
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